La ardilla que olvido morir Cáp.1

Cap. 1 Descuido

*Ogatta*

Todos a excepción de mí, han ido por alimento. El sol ya se está ocultando, y naa bueno había sucedido en este día... Pero aún asi nunca pierdo la esperanza ...
Tora me dijo que esperara justo al pie de este árbol, así que no me muevo de aquí... Pero siento la necesidad de ayudarlos. No me parece justo que ellos se maten buscando algo de comer mientras yo estoy aquí sin hacer nada... solo esperando el banquete que traeran Nao y lo demas ...
Me recuesto con fuerza en el árbol, y algo duro y poco pesado me cae en la cabeza.

-¡Aouch!- Grité de dolor.

Una manzana... jamás imagine que una simple manzana causara tanto dolor...

- mmm... Se ve deliciosa... Tengo una idea , e la daré a Tora... tal vez de ese modo.. Él ya no me piense que soy tan fastidioso.

Elevo mi mirada hacia las ramas del ´rbol, y me doy cuenta de que están repletas de jugosas manzanas.

"si bajo algunas, Tora y los demás se legrarán mucho con migo. Por no haberme pasado todo el tiempo de bago" Pensé mientras intentaba llegar hasta la rama más cercana. Pero mis saltos no eran lo suficientemente alts como para ello.

- Así nunca las voy a alcanzar ¿Por que este árbol tendra que ser tan alto?! - Ya me estaba impacintando.

Decido comenzar a amontonar piedras, hasta que logro escalar y subir al tronco. Empiezo atrepar alvendito árbol, y al fin logro llegar a una rama fuerte y estable. Ahora solo me falta subir unos cuantos metros más... Per antes de siquiera intentarlo,
escuché ruidos entre los arbustos. Me asusté, y lo único que logro hacer es quedarme quieto para no perder el equilibrio. Un ratito después, echo un vistazo a los arbustos, y parece que no hay nada … Todo eso debió ser producto de mi imaginación...
Me agarro de las de mas ramas, y sigo subiendo, hasta que ya puedo coger las manzanas que deseo.
Arranco varias, y las dejo caer al pasto.

- Creo que ya son suficiente- me digo a mí mismo- y... ahora que me fijo... ¡Estoy muy alto! - me exalté- Intentaré bajar.

Baje poco a poco pero... Siento que en cualquier momento me resbalaré y caeré. Solo me siento en la rama y... y... y no puedo evitar que unas lágrimas escapen de mis ojos.

- ¡Tengo miedo!- sollocé.
- ¡Oye cállate! Haces mucho escándalo- Gritó alguien...
- ¿Tora?
- ¿Que haces allá arriba?- Me preguntó. El resto del grupo también también me hacía la misma pregunta.
- ¡Oigan, miren, manzanas! - Dijo Shou- ¡Y se ven riquísimas!- agarró una.
- ¿No piensas bajar?- Dijo burlona mente Tora, tirando a un lado las cestas de “bentö” que habían traído.
Hice un puchero , y solo negué con la cabeza, por que estaba seguro de que si hablaba se me iba ha escapar el llanto.
- ¡Salta!- Me gritó Nao- Tora te atrapará.
- Habla por ti mismo – Se molestó.
- Vamos Tora , tú eres más alto y musculoso, aparte... ¿Qué te cuesta, no que eres el mas fuerte y.. - Decía Shou.
- Tú también ya cállate- Le regañó- Apúrate y salta, antes de que cambie de opinión. Sólo ten buena puntería y cae en mis brazos- Dijo.

Me sonrojé.

- No puedo … - volví a sollozar.
- Ni modo, tendrás que subir por él- Le dijo Nao a Tora en el oído.
- ¡Oye!¿Puedes quedarte allí quieto sin hacer nada?- Preguntó fastidiada mente Tora subiré por ti, y mas te vale que no nos hagas caer a los dos.

Al poco rato, Tora se encontraba en una rama más abajo que yo, pero... él llegó hasta aquí con tanta facilidad … la cual yo no tengo... para mi todo es difícil … menos causar problemas...

- Anda, solo suéltate y deslízate, caerás directo en mis brazos- Dijo extendiendo sus brazos.

Lo miré un tanto dubitativo. Acto seguido cerré mis ojos e hice lo que me dijo.

- Listo ¿Fue tan difícil?- Me preguntó cargándome como si fuera una princesa.

Me sonrojé nuevamente, y ahora solo escondí mi rostro en su pecho. Tora saltó de rama en rama hasta llegar al suelo. Cuando llegamos todos nos miraban con sonrisas en los labios.

- Muchas gracias por las manzanas- Dijo Shou.
- Yo también te agradezco por las manzanas- Anunció Nao.
- To... Tora... ya puedes bajarme- Le dije mirándolo a sus hermosos ojos.
- No quiero.
- ¿Qué ? - Se sobresaltaron todos, hasta yo.
- Que no quiero, ya me gustó cargarte, eres ligero y me relajas... - Dicho esto solo me sonrió.
- Bueno ya está anocheciendo, comamos y durmamos – Anunció Shou.
- Si- respondimos.
Esa noche … durante la cena, todos disfrutamos bastante todo lo que había, y nadie, absolutamente nadie tubo intenciones de discutir.
Ahora todos nos encontrábamos plácidamente soñando. Yo me encontraba echo un ovillo pegado al cuerpo de Tora, con la escusa de que tenía mucho frio.
Me levanto, con la necesidad de evacuar. Sin hacer ruido me aparto del grupo. Me disponía a hacer, pero volví a escuchar los ruidos en los arbustos.
- ¡¿ Quien anda ahí?! – Pregunté tratando de no sonar temeroso.
Nadie me respondió. Me giré para volver con los demás, pero me estrellé con algo, o mejor dicho... con alguien.
Ese alguien me agarró fuertemente del brazo y me elevó del suelo.
- ¡Suélteme!- Le grité intentando zafarme. Pero luego mi mala suerte aumentó ya que no era uno el que me retenía, sino que aproximadamente era ocho los que me tenían rodeado.
- ¡ jajaja!! miren a este pequeño – dijo uno.
- ¡déjenme! - Grité con todas mis fuerzas para que me oyeran los otros.
- Callate, bakka, por si no sabes, estamos armados – Me amenazó otro tipo que gracias a la luz de la luna , pude distinguir un poco , era bajito y rubio, pensé que sería un Hakusa .
- Tu debes ser el pequeño que se trepó el manzano – Dijo uno de cabello oscuro largo y con un pearcing en el labio.- Te estaba espiando, pero el torpe de este – señaló al mas bajo- se movió demaciado y te diste cuenta de que había alguien en los arbustos.
- ¿Qué es lo que quieren de mi? - Pregunté evitando que mi voz se rompiera por el miedo que tenía.
-Oh! miren el pequeño va a llorar – Se burló el que me tenía sostenido.
- Lo que queremos, es muy simple, o bueno, al menos lo que yo quiero
es tener sexo con tigo – Dijo otro, uno muy pálido.
- ¿Tu solo? Todos lo vamos a violar...
- ¡¡Hasta que ya no pueda caminar!!


Iba a gritar, pero el que me agarraba me tapó la boca. Intenté forcejear, pero lo único que recibí fue una patada en la boca del estómago.

- Ahora solo te queda obedecer nos , si tratas de resistirte te dolerás, así que solo disfrútalo... muñeco. - Fueron las últimas palabras que escuché antes de caer inconsciente.

~Continuará~