CAPÍTULO XI
-¡Shou, Hiroto! ¿Estáis ahí?-dijo Tora en voz alta
Noté cómo mi corazón latía con fuerza y cómo el rubor cubría rápidamente mis mejillas. ¿Por qué justo cuando le voy a decir a Hiroto lo que siento llegan estos tres? Miré a Hiroto: su pecho subía y bajaba con rapidez y sus mejillas estaban enrojecidas. Me miró a los ojos, como pidiéndome ayuda. Asentí.
-¡Estamos aquí arriba!-dije en voz alta
Creo que fue buena idea el dejar abierta la puerta de la habitación, ya que al estar así no les da pie a pensar que estábamos haciendo algo. Hiroto se sentó en la cama y cogió de nuevo el cuaderno con las letras de las canciones y yo alcancé el libro de “Luna Nueva” de la mesilla de noche y me senté en la otra cama. Al rato subieron Tora, Saga y Nao; se quedaron mirándonos desde la puerta.
-Ah, pero si estáis leyendo, yo pensé que estaríais a otra cosa-dijo Saga. Tora le golpeó.
-Siento decepcionarte, Saga-reí-. ¿Compraste lo que necesitabas?
-Sí. Bueno, voy a recogerlo todo y a preparar la comida, ¿ok?
Se fue, y Saga y Nao intercambiaron una mirada y se fueron.
-Al día siguiente-
Cuando desperté, era la una de la tarde.
-Oh shit, se me olvidó poner el despertador-murmuré
Obviamente, la cama de al lado estaba vacía. Me levanté, me vestí y, justo cuando iba a ir hacia la puerta, ésta se abrió y entró Hiroto.
-¡Anda! Y yo que iba a despertarte ahora... En fin-se acercó a mí y me tapó los ojos con una mano. Le dejé-. Tengo una sorpresa para ti abajo, así que te tapo los ojos para que no veas nada hasta estar allí. Y no te preocupes, no te dejaré caer por las escaleras.
-Confío en ti, Hiroto-dije sonriendo
-Lo sé.
Me hizo bajar por las escaleras y me guió fuera de la casa. Lo supe porque de pronto pude sentir una cálida brisa y el sol en mi piel. Caminamos un poco más hasta detenernos y cuando destapó mis ojos pude ver que todos estaban allí de pie, y que toda la zona de la piscina estaba decorada, incluso había comida, y una tarta.
-¡¡Feliz cumpleaños!!-exclamaron
Les miré uno por uno, sorprendido. Esto era algo que no me esperaba para nada. Sonreí, sintiéndome increíblemente feliz.
-Muchas gracias a todos.
Nao puso música, nos sentamos a la mesa y comimos. Yo, al ser quien cumplía años, soplé las velas y serví la tarta (Nao repitió dos veces), y después me dieron los regalos que me habían comprado.
Excepto Hiroto.
Pasamos ahí toda la tarde, y cuando oscureció, Tora, Saga y Nao entraron en la casa. Yo iba a entrar tras ellos, pero Hiroto me retuvo.
-No entres aún, todavía queda mi regalo-dijo
Me tomó de la mano y me acercó a la piscina.
-Cierra los ojos.
Lo hice, y al momento sentí que unas manos me empujaban y me hacían caer al agua. Solté un pequeño grito sobresaltado y me hundí en la piscina, y sentí caer a Hiroto a mi lado. Salí a la superficie y me giré hacia él.
-Hiroto, ¿tu regalo de cumpleaños es un remojón en la piscina aún vestido?
Sonrió.
-No-se acercó a mí-, mi regalo es éste.
Y me besó.
Yo me sorprendí, por supuesto, esto era algo que nunca me había esperado de mi Hiroto. No me esperaba este tipo de regaño de cumpleaños, pero he de decir que éste era el mejor de todos.
Los dos estábamos hundidos en el agua, que nos llegaba hasta la mitad del pecho y nos chorreaba de los cabellos. Hiroto insistió con el beso, y entonces le atraje hacia mí y le correspondí a la vez con firmeza y ternura. Pareció sorprenderse, pero no se separó de mí, hizo todo lo contrario: me echó los brazos al cuello y profundizó el beso, y al hacerlo pude sentir como si nos fusionásemos en una sola persona, los latidos de nuestros corazones como si fuesen uno solo, nuestras respiraciones agitadas. Dejé de sentir el mundo a mi alrededor, en ese momento sólo me importaba la persona a la que amaba, la persona que tenía entre mis brazos.
Hiroto.
~PUNTO DE VISTA DE SHOU~ Fin
~PUNTO DE VISTA DE TORA~
-Siempre pensé que sería Shou el primero en lanzarse-dije separándome de la barandilla de la terraza y entrando en la casa. Saga y Nao me siguieron.
-Pues yo siempre creí que sería Hiroto, nunca vi a Shou con suficiente iniciativa.
-Estoy con Saga-Nao le sonrió
-En fin, quizás deberíamos dejarles la casa solo para ellos, ¿no?
-Sí-dijeron Saga y Nao al unísono
-Perfecto, entonces dejémosles una nota y vámonos al pueblo, os invito a cenar-dije, y fui a por mi cartera.
~PUNTO DE VISTA DE TORA~ Fin
