Capítulo dos: Seriously
-¿Me acompañas a tomar un café? –dijo con una sonrisa en los labios.
-Claro, vamos “esta puede ser mi oportunidad, algo debe querer que lo diga, como para que haya pasado todo esto tan casualmente” –caminaron a paso lento por los pasillos del estudio para ir a refugiarse en el sublime y acostumbrado Starbucks, las cafeterías eran como siempre tranquilas y con una música ambiental lo suficientemente agradable como para querer volver nuevamente, ni qué decir del café, el cual siempre tenía nuevos sabores a disposición– Shou-kun.
-¿Sí? –dijo el castaño sin darle mayor importancia a la plática de tanta por su preocupación por el café.
-No lo sé, he estado pensando mucho.
-No creí que pensaras siempre en la nada, sino ¿de dónde vienen las buenas canciones de la banda?
-No, es sobre otra cosa.
-Está bien, ¿te parece que hablemos mientras volvemos al estudio? –se impulsó para retener al castaño en el mismo sitio, este parecía un poco confundido por la acción.
-Preferiría que habláramos aquí –el castaño de ojos grandes tomó asiento aun un tanto pasmado sin saber qué esperar.
-Esto me parece muy sospechoso ja, ja, ja, ja –rió abiertamente aun dentro de su nerviosismo; tal como siempre solía hacerlo su risa se detuvo dejando sólo la inclinación de sus labios, formando una dulce y comprensiva sonrisa que inspiraba una gran tranquilidad.
-No es nada malo, es sólo que quería preguntarte algo…
-Entonces no entiendo por qué no puede ser junto con todos.
-Sólo porque es algo personal.
-Ah~ me parece bien –dijo en tono de burla mientras desviaba la mirada hacía otro sitio–, entonces ¿qué es? –dijo finalmente mientras bebía pequeños sorbos de café y jugaba entre sus dedos con un pequeño trozo de papel.
-¿Qué piensas sobre la muerte? –Shou dejó caer el papel con el que jugaba y dirigió su vista directamente a los ojos del otro.
-¿Estás hablando en serio?, ¿es eso lo que querías preguntarme?
-Eh…sí, no es una pregunta tan descabellada.
-Pero no es tampoco muy común oírte hablar de ello –apoyó su rostro sobre la palma de la mano– no me gusta nada todo esto.
-No te gusta… ¿qué?
-El tema de la muerte, es... algo demasiado profundo y demasiado duro de aceptar –suspiró con desgano moviendo sus dedos por sobre la cubierta de la mesa– porque cuando alguien muere queda el vacío de esa persona… –dijo lo último casi en susurros.
-Pero…, veamos y si esa persona, por ejemplo, resultara ser uno de nosotros, alguien de Alice Nine.
-¿Y piensas continuar con esto? –dijo un poco cansado de la situación en la cual nunca se sintió cómodo– creo que no es necesario pensar en ello, la muerte es muerte y ya.
-Pero sólo quiero saber qué piensas –el vocalista desvió la mirada mientras arreglaba y reordenaba su flequillo en la frente, volviéndose casi un poco más oscuro y serio que de costumbre y no podía ser de otra manera, la circunstancia lo ameritaba.
-No me gusta mucho hablar de esto pero como pareces tan empeñado en hacerme hablar y sonsacarme las palabras prefiero decirlo por mi cuenta antes de que saques tus propias conclusiones –se dio un respiro y detuvo unos momentos a pensar en cómo decir las cosas claramente, algo que siempre le causaba problemas, el “quiero decir esto, pero ellos entienden esto otro”, normalmente siempre tenía que explicar lo dicho dos veces para no tener malos entendidos– la muerte es algo que llega, algunos fallecen antes otros después y finalmente sabemos que a todos nos llegará ese día; ahora si me hablas de Alice Nine…, todos moriremos en algún momento ¿no? –sonrió casi tristemente tratando de evitar el tema y darlo por finalizado.
-Sí, pero me refiero a… –dudó en si terminar o no, pero sabía que era lo mejor– si dijesen que alguno de nosotros cinco morirá en un mes aproximadamente.
-A, ja, ja, ja, ja por favor, eso suena ridículo, de una gripe nadie muere y es a lo único que debemos tener miedo, después de todo tenemos buena salud –miró al joven frente a él notando en su rostro que no era a lo que se refería con la pregunta, ya resignado y sin fuerzas de más continuó hablando– ¿piensas seguir? –suspiró– pues parece que realmente tratas de sacarme conclusiones a la fuerza, está bien. Creo… no, estoy seguro de que sería un golpe muy duro para todos, si quieres que diga la verdad sería algo que nunca aceptaría, con sólo perder a un miembro de Alice Nine no sería lo mismo, de hecho nadie podría volver a ver las cosas de la misma manera, tú que siempre te preocupas tanto por tus fans deberías de saberlo también –continuó hablando con esa voz tan oscura que le caracterizaba, la cual en las últimas frases de había vuelto un tono más bajo de lo normal– si no estamos los cinco juntos Alice Nine desaparecería, porque no habría reemplazo capaz de ocupar el puesto de uno de nosotros.
-¿Extrañarías mucho a esa persona?
-Claro que sí, a cualquiera menos a ti ja, ja, ja –dijo empujándole uno de los hombros– son todos mis amigos después de todo y he vivido muchas de las mejores cosas a su lado –se levantó luego de beber lo último de su café y desechando el envase en la basura salieron del local– ¿eso era lo que querías saber?
-Sí, eso era ja, ja, ja, ja.
-Deberías concentrar esa energía en otras cosas en lugar de pensar en “la muerte” es un concepto muy amplio, seguro no seré el único al que se te ocurra atormentar con esa pregunta, ¿no? –rió.
-Sólo era una pregunta, lo dices como si te hubiera preguntado algo de vida o muerte ja, ja, ja, ja, tsk…– el chico de pronto se detuvo tocándose las sienes con una de sus manos a lo que Shou, reaccionando ante la situación se apresuró a su lado.
-¿Estás bien? –preguntó muy preocupado el vocalista de Alice.
-…Je, je…claro que sí… –dijo fingiendo una sonrisa; el dolor era tanto que no el permitía abrir los ojos con normalidad– es sólo que…–el dolor pareció desvanecerse pasados unos segundos, estas consecuencias eran más que nada una oleada de dolores que una vez llegado al punto máximo bajaban nuevamente quedando en nada– sólo me dolió la cabeza gracias al olor de tu café.
-Ahora planeas hacerte el gracioso también.
-¿Por qué no?
-Ja, ja, ja, ja, ja ya basta, que tenemos que comenzar los ensayos.
-Lo dice quien al comenzar a cantar no llega a su propios tonos.
-Eso era antes, he mejorado bastante–dijo autosuficiente frente al otro mientras continuaban su caminar a la compañía.
Estando ya dentro del ascensor subiendo a su piso correspondiente fue que volvieron a cruzar palabras serias dejando de lado las bromas
-Shou-kun.
-¿Qué? –ambos guardaron silencio durante unos momentos, el castaño le miraba de reojo esperando a lo que fuera que el otro planeara decirle.
-…
-…
-Ni siquiera me invitaste un café, sólo lo bebiste tú solo –el castaño pareció sorprendido ante el reproche del otro.
-No sabía que quisieras.
-Ya déjalo, pero quedará en mi mente ¡eso te lo aseguro! Ja, ja, ja, ja, ja–dijo mientras se adelantaba unos pasos adelante– es triste que te inviten un café un luego no te den nada ja, ja, ja, ja.
-¿Sólo vas a reprocharme el café?
-Si pudiera reprocharte todo, estaríamos el día entero, como cuando-----
-Si tienes algo más que decir, dilo ahora –mencionó casi con mirada suplicante.
-Está bien.
-…
-Vamos a llegar tarde al ensayo. –No se sintió conforme con la respuesta pero a sabiendas de que no conseguiría más respuestas sólo se dejó estar, algo que sabía perfectamente era el sigilo que el otro poseía en cuanto a sí mismo se trataba.
-Espero que hagas tu máximo esfuerzo –le dijo sonriendo nuevamente, aquellas sonrisas que no parecían en nada falsas y que reflejaban todo lo que era y lo que no al mismo tiempo. Se adelantó unos pasos sin mirar atrás– recuérdame que te debo un café la próxima vez.
-Quieres decir en 5 minutos más, adicto a la cafeína, ¿no?
-Je, puede ser, puede ser~ ja, ja, ja, ja, ja –rió sin cautela una vez más– es mejor que ser adicto a la nicotina.
-Eso sólo lo dices porque eres el único que no fuma, ¿te hace sentir especial? –le dirigió una mirada recelosa a los que el joven vocalista respondiera con una mirada cálida.
-Soy especial, pero no más especial que todos ustedes –se adelantó a abrir la puerta del salón de ensayos dejando al otro unos pasos más atrás…
Sé que lo sabe, pero que no me lo dijo. Sé que sabes lo que está por pasar pero prefieres que sea yo quien lo diga ¿no es así Shou-kun? Es en ocasiones como esta que me gustaría no saber de mi muerte o ser capaz de decirlo libremente, seguramente tu mundo de piezas de rompecabezas quedaría incompleto sin mí, lastima que sólo lo haya sabido ahora.
-¡¡Ya llegamos~!!
