Se Buscan Autores

Para todos aquellos que les guste escribir todo tipo de historias con todo tipo de contenidos, éste es su lugar: Dark Business.

Así que, si te interesa publicar en el blog tus historias, escríbeme a: KeiraLogan@gmail.com y estaré encantada de incluíros como autores.

En el mail debéis incluir la dirección de correo con la que queréis entrar y a la que os llegarán los comentarios que os dejen en las entradas publicadas. Todos aquellos que sean aceptados deberán cumplir unas normas básicas que os escribiré en un mail como respuesta al vuestro.

Bienvenidos a Dark Business

Bienvenidos a Dark Business, un blog donde podréis encontrar fanfics variados de autores diferentes.

Espero que os gusten, de verdad...

Es IMPORTANTE leer las presentaciones de los autores para saber, más o menos, su método de trabajo.

Para dudas y sugerencias que no entren en el tag (asi como peticiones para unirse al blog) mandad un email aquí: KeiraLogan@gmail.com

¡Y usad el tag por favor!

¡Gracias por leer!


Pausa general

Llevo bastante tiempo pensando, negando lo evidente, pero creo que es una gran estupidez seguir negándolo. Abrí este blog con el fin de pasar el rato, de postear mis fanfics, y después para darle una oportunidad de publicar a otros autores. Pero llevo ya mucho tiempo dejando todo esto de lado, y la mayor parte de los demás autores (por no decir todos) pasan absolutamente de este blog. Así que no me queda más remedio que hacer lo siguiente:

Este blog queda parado. No se volverá a publicar absolutamente nada (al menos mío) en una temporada.

Disculpad las molestias.

Kyara.

P.D: quizás acabe dejando este blog solo para mis publicaciones y para nadie más.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Dos Espadas - Capítulo 01

Capítulo 01

A Inglaterra le había sorprendido la llamada de España invitándole a su casa. Sí, vale que las selecciones de ambos países fuesen a jugar un partido de fútbol, pero… Sacudió la cabeza. La verdad, tenía ganas de ver el partido, y si España perdía, al estar en su casa, lo disfrutaría doblemente.
Por lo tanto, después de vestirse con el uniforme de su selección y de coger una bandera, se encaminó a casa del ibérico, el cual le abrió la puerta al poco de tocar el timbre, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.
-Pasa Arthur, como si estuvieses en tu casa-dijo, haciéndose a un lado-. Tengo puesta la televisión en el salón, voy a por unas palomitas y a por bebida y voy para allí.
Sin darle tiempo a contestar, España giró sobre sus talones y se coló por una puerta, dejando al rubio solo en el vestíbulo. Encogiéndose de hombros, se encaminó hasta el salón, sentándose en el sofá y dejando la bandera a un lado. Poco después, justo cuando en la pantalla empezaban a aparecer las alineaciones de cada selección, España entró por la puerta con un enorme bol lleno de palomitas en una mano y dos cervezas bien frías en la otra, una de las cuales le ofreció a Inglaterra.
-Gracias-dijo, fijándose por primera vez en que España también vestía el uniforme de su selección.
-De nada-dijo él, dejando las palomitas en la mesilla de café frente a ellos y sentándose a su lado-. ¿Sabes? Le tenía muchas ganas al partido de hoy, hace bastante tiempo desde la última vez que nos enfrentamos.
-Yeah, hace dos años o así.
-¡Es verdad! Y aquella vez ganamos nosotros.
-Oh, no te preocupes, Spain-una sonrisa se dibujó en los labios de Inglaterra-, this will be my revenge, my darling~
Después de que sonasen ambos himnos y de que se sortease quién sacaba primero, dio comienzo el partido. Los españoles jugaban bien, eso Arthur no podía negarlo, pero los suyos no se quedaban atrás, y pronto les plantaron cara con firmeza. De pronto, una sonrisa iluminó sus labios al recordar un pequeño detalle.
-Hey, Spain, esto me recuerda a nuestros enfrentamientos siglos atrás, ¿a ti no?
España se giró hacia él con una extraña sonrisa.
-¿Cómo iba a olvidarlo, con todas las veces que te escapaste de la bodega de mi barco, maldito pirata?
Inglaterra no pudo evitar estallar en carcajadas bajo la atenta mirada del español. Sí, habían sido muchas las ocasiones que había conseguido escapar de la bodega de su barco, y para su desgracia, Antonio nunca había pasado por la suya.
-De todas las veces que te tuve prisionero, hay una que tengo grabada a fuego en mi memoria, como si hubiese sido ayer mismo-Antonio, de pronto serio, miró a Arthur-. ¿Lo recuerdas, señor soy-el-mejor-y-me-la-sopla-darte-la-espalda?
-Por supuesto que lo recuerdo...

-Varios siglos atrás-

La batalla entre las tripulaciones de ambos barcos estaba siendo más sangrienta de lo esperado, pero eso sólo lo podría decir alguien que lo estuviese contemplando desde fuera. Para ellos dos, no existía nada más que la pelea que se estaba desarrollando entre ellos. No había nada más que el choque entre sus espadas, que las palabras que se decían entre ellos. Lo demás simplemente no existía. Ojos verdes contra ojos verdes en una batalla sin tregua.
-Qué, Spain, ¿no piensas rendirte?-el inglés lanzó una estocada que el español pudo esquivar sin problema
-Ya sabes que no pienso hacerlo, Arturo-una sonrisa se dibujó en su rostro, retándole.
-You bastard! ¡No vuelvas a llamarme así!
Una nueva estocada por parte del inglés arañó la mejilla de Antonio, haciéndole sangrar levemente.
-Eso lo serás tú, maldito pirata inglés-sin inmutarse, el español lanzó una estocada que consiguió morder el brazo de Arthur, haciéndole retroceder un par de pasos.
-No te creas que solo con esto podrás derrotarme, Spain...
Y todo volvía a repetirse. Estocada por allí, insultos por allá. Acero español contra acero inglés, intentando hacer caer al otro de rodillas sin descanso. Pero una vez más, fueron interrumpidos.
-¡Capitán Kirkland! ¡Tenemos que irnos ya o no podremos salir de esta!
Maldiciendo por lo bajo, Arthur se apartó del español, desenfundando su pistola y apuntándole al pecho, justo al corazón.
-Well, Spain, he de irme... volveremos a vernos, espero-dijo, inclinándose ligeramente ante él
-No deberías darme la espada así...
-¿Y por qué no?-Arthur, riéndose, se giró.
Craso error.
Ya que de pronto, todo se volvió negro para él.