1ª parte

Siempre he sido una mujer muy curiosa y digo mujer porque me considero como tal. Soy una chica morena de 16 años, con el pelo castaño y los ojos marrón oscuro, de estatura media 1,65 y 56 Kg. Esto en el último curso del instituto y este año me toca organizar el baile de otoño, al cual como todos los años no iré ya que no tendré acompañante. Esto no me preocupa ya que en mi instituto no hay nadie que merezca la pena, todos me parecen unos chulos con sus andares y sus pintas de chicos duros que cuando les pegas ya están llorando ¡esto no hombres son niños con pinta de machotes que no me llegan ni a las rodillas!
Pero bueno dejemos de hablar de esto porque hoy es el primer día de clase y como siempre me pongo lo primero que pillo por el armario, unos vaqueros y un niki de tirantes, luego voy al baño me lavo los dientes con mi dentífrico favorito sabor fresa y me cepillo el pelo dejándomelo caer suelto pos la mitad de mi espalda.
Al bajar al salón me encuentro a mis padres con mi hermana, ella es un año menor que yo y se cree la más guapa y popular del insti y la verdad es que lo es haciéndome la vida imposible haya donde vaya ¡dios como la odio!
-Buenos días Shamanta ¿este año que te propones ser la más fea del insti? Porque con esa pinta eso será lo que conseguirás. Por favor no te acerques a mí, que vergüenza que seas mi hermana.
-Algún día aprenderás que la imagen no lo es todo Sindy, lo verdaderamente importante está en el interior y la inteligencia que poseas, además tu que sabrás con esas pintas y tus uñas de la inteligencia si solo sabes ser un maniquí para las tiendas de ropa.
-¡Mamá Shamanta me está incordiando!
-No es verdad mamá.
-Sí lo es.
-Niñas por favor no empecéis os queda mucho tiempo por delante.
-Siempre estás de su lado mamá. Me marcho a clase.
-Eso, eso corre para que no te vean con migo.
Veis como es repelentemente pija, dios y encima tengo que convivir con ella.
Aunque tengo coche siempre voy andando a clase y por supuesto eso el último año de instituto no va a cambiar ya que me encanta sentir el aire y el sol en la piel.
Al llegar a el gran edifico llamado instituto Stanley me encuentro con los mismos grupos predefinidos de otros años, las divas en el que se encuentra mi repelente hermana, las populares y animadoras que están mezclados ya que pertenecen a los mismos grupos, el equipo de fútbol, los skaters, los roqueros, los góticos y luego estoy yo la única persona sola en todo el instituto.
Al entrar en el pasillo me encuentro con algunas miradas y risitas mientras me dirijo a mi taquilla, pero al llegar frente a ella me doy cuenta de que esta rota y pintada. ¡No me lo podía creer! Me fui directamente al despacho del director y al llegar allí me encontré con un chico de pelo negro, cortito y de punta, vestido únicamente con unos vaqueros y una camiseta de manga corta con la cual se le marcaba todo. Era un chico alto y bastante fuerte.
Al entrar se giró me miró de arriba abajo y siguió ablando con la conserje. Por lo que pude oír era un chico nuevo que se estaba matriculando.
Pasados unos minutos entro en director y le conté lo pasado. El director es un tipo majo y muy alto, cuando se enteró de lo ocurrido me dio otra taquilla la única que queda libre y encima era al lado del chico nuevo “genial ahora tendré que aguantar también sus burlas” pensé.
Con la cabeza agachada y aguantando las burlas y risas de los compañeros me dirigí a mi nueva taquilla y allí estaba él colando sus libros, al acercarme a la taquilla comprobé con desilusión que estaba trabada con algo y al intentar abrirla se me cayeron todos los libros con la consiguiente risa de todo el pasillo.
De repente él se agachó y sin decir ni una sola palabra ni mirarme ni una sola vez me ayudó a recoger los libros y se marchó pero no sin antes abrirme la taquilla con toda naturalidad.
Cuando se alejó de mi me quedé como suspendida en el aire sin nadie a mi alrededor, pero eso era imposible ya que aun escuchaba las risas de todos los compañeros. Pero eso me daba igual además de guapo era amable, aunque no me podía hacer ilusiones, seguramente se uniría a algún grupito estúpido y empezaría a reírse y a burlarse de mí como hacen todos.
Esto sólo sería el primer día para aparentar y caer bien asique ya podía olvidarme de él. Ay… otro sueño estúpido que se me esfuma, aunque así es mejor no podrían hacerme daño burlándose de mi enamoramiento y mis sueños como hacía unos años.
Sonó el timbre y me dirigí como las ovejas de un rebaño a mi primera hora de clase, Biología,” bueno por lo menos la primera hora me lo pasaría bien” pensé.
Me encanta la biología, me gustaría serlo y encontrar alguna especie desconocida o poder estudiar alguna especie mítica como los vampiros o los hombres lobos (¿serán todos de la misma especie o habrá distintas especies?) Un golpe me despertó de mi sueño sobrenatural, era el profesor Armando que acababa de entrar y había posado los libros sonoramente sobre la mesa para llamar la atención.
Armando era el mejor profesor que había tenido, cuando era joven había sido biólogo y pudo estudiar centenares de especies de mamíferos y cuando se hizo mayor para tantos viajes sacó la carrera de profesor para poder enseñar a los jóvenes su pasión por los animales y el cuerpo humano.
En sus explicaciones le ponía mucho énfasis y entusiasmo, me encantaban sus clases del año pasado y este acababa de empezar y ya estaba entusiasmada por que empezara a hablar. De repente se abrió la puerta de clase y entró el chico nuevo, el profesor se puso a su lado y lo presentó:
- Silencio chicos, este caballero que tengo aquí a mi lado se llama Romeo y se acaba de mudar al pueblo, tratarlo bien. Romeo puedes sentarte donde quieras.
- Vale muchas gracias profesor Armando.
...